Eso sí, se ha notado una reducción en los tiempos de los desahucios, ya que las ejecuciones de las hipotecas están en decadencia, ya que los bancos se encuentran en una situación bastante difícil: tienen una gran cantidad de propiedades embargadas, que les han implicado unas pérdidas multimillonarias. Por otro lado, los procesos de ejecuciones hipotecarias significan un coste alto, por parte de los bancos y los tribunales se encuentran con un gran número de casos, que están pendientes. Y, por supuesto, están los casos de las personas que han arrastrado a sus familiares, que confiaron en ellos, fueron de aval y se encuentran que podrían perder sus propiedades, por confiar en un hijo, un hermano, un nieto...
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