Nos solemos encontrar con regalos increíbles, como pueden ser televisores, iPads u ordenadores portátiles de regalo, en letra bien grande, para que lo veamos, cada vez que pasemos por delante de la entidad financiera. Pero, en letra pequeña, incluso, en letra minúscula, que hay que verla con lupa, nos encontramos con meses de permanencia, domiciliación de recibos, de manera obligatoria, contratación de un conjunto de productos, gastos de envío y una gran cantidad de requisitos y compromisos. En más ocasiones, de las que nos imaginamos, nos encontramos que cegarnos por un determinado regalo que, tal vez, no nos hacía falta, nos va a obligar a domiciliar la nómina en una entidad bancaria y nos va a salir bastante caro. Por ejemplo, un gran banco nos ofrece una televisión LED de 22 pulgadas, a cambio de que llevemos nuestra nómina. Es una manera muy habitual, que emplean los bancos, para poder atraer a nuevos clientes. Pero, este tipo de ofertas casi siempre tienen trampa. Cuando lees el anuncio, la parte de la letra pequeña, encontramos los entresijos del regalo, que parecía tan sencillo, en un primer momento. No sólo vamos a tener que domiciliar nuestra nómina, también, tres recibos, permanecer durante 24 meses y contratar un producto que nos ofrezcan -que puede ser un seguro, una renta vitalicia, un fondo de inversión, un plan de pensiones individual o un préstamo personal, si nuestra nómina es inferior a 1000 euros-.
Foto: fuente.
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