Por
otro lado, debemos tener en cuenta que hay un plan para cada edad.
Cuando decidamos contratar un plan de pensiones, se van a hacer una
serie de aportaciones que se van a ir acumulando y que van a quedar
invertidas en activos financieros administrados, por una única
entidad gestora. De esta manera, se van a generar “derechos
consolidados”, o sea, las aportaciones que van a ser realizadas,
más los rendimientos generados -o sea, la rentabilidad obtenida- que
van a marcar la cuantía de la prestación. Dicho capital se va a
cobrar cuando se termine el pan y va a ser compatible con las
prestaciones y con las pensiones públicas a las que podamos tener
derecho, en un futuro. La mayor parte de las personas que deciden
apostar por un plan de pensiones, tienen entre 35 y 55 años y cada
inversor va a tener que analizar su situación, desde un punto de
vista particular -no todo el mundo tiene las mismas necesidades o
buscan lo mismo-. Entre los puntos que hay que tener en cuenta,
tenemos el perfil de cada uno de las clases de suscriptor, su
aversión al riesgo y de sus ingresos... O sea, a la hora de apostar
por un plan de pensiones, estudia estos factores.
Foto:
fuente
No hay comentarios:
Publicar un comentario