Otro
punto que caracteriza a las tarjetas es su seguridad. Si tienes una
tarjeta, vas a prescindir de tener que llevar una gran cantidad de
dinero encima. Por esta razón, te evitas grandes problemas, como son
la pérdida de dicho cantidad, sustracción o robo de la misma. Por
otro lado, gracias a su fiabilidad, hay muy pocos errores
administrativos o equivocaciones, que vienen venir por realizar una
transacción en efectivo.
-Acceder
al crédito. Esta ventaja la tienen las tarjetas de crédito, pero no
las de débito. La tarjeta de crédito va a permitir, al titular, que
pueda acceder a un saldo superior de lo que tiene, en su propia
cuenta corriente, o sea, a través de un préstamo directo, lo que va
a facilitarnos más flexibilidad. Por otro lado, este “plástico”
bancario nos va a ofrecer una gran cobertura en el tema de los
seguros (por ejemplo, asistencia médica, robos o en caso de pérdidas
de equipaje, seguros de viaje y accidente) que van a depender de las
ofertas, que nos ofrezcan nuestra entidad emisora y del contrato que
exista entre esta y el cliente. Por esta razón, cuando decidimos
aceptar una tarjeta, debemos leer la letra pequeña, para saber lo
que nos está ofreciendo las entidades bancarias, además de la
tarjeta.
Pero,
las tarjetas, tanto de débito, como de crédito, también, tienen
una serie de desventajas, que trataremos en otro artículo.
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