Con
la nueva normativa, por ejemplo, si un ciudadano tiene que llevar su
coche al taller y, por el arreglo, va a tener que pagar 2700 euros,
tendrá que hacerlo a través del banco. Lo mismo va a suceder si un
trabajador autónomo tiene que reformar su casa, cambiar la
instalación eléctrica o colocar una nueva grifería y en la
factura, el aporte es de unos 3500 euros, el abono no va a poder
realizarse en metálico. La limitación no va a poder ser aplicable a
los pagos e ingresos, que se van a realizar con entidades de crédito.
Si no se cumple dicha normativa, el pagador y el receptor del dinero
podrían enfrentarse a unas multas, que podrían ser el 25% del
importe, que se ha abonado. Pero Hacienda va a poder perdonar esta
sanción a cualquiera de los dos miembros que vaya a denunciar a la
otra parte, de dicha acción fraudulenta. También, nos encontramos
con algunos matices, el objetivo de poder limitar a una cantidad de
2500 euros el pago en efectivo. Pero, en la mayoría de casos, ha
logrado una buena acogida entre los trabajadores por cuenta propia y
los inspectores fiscales. Pero, también, se han llevado a cabo sus
propias propuestas, como que la cuantía se podría llegar a reducir,
se podrían ampliar las operaciones realizadas por todos y cada uno
de los ciudadanos -y no solo cuando tenga que intervenir una empresa
o un profesional- o se pueden aumentar la cuantía de las multas.
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