En
el año 2010, cuando el Gobierno tomó la decisión de subir el
Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) del 16 al 18%, la Asociación
Española de Centros Comerciales (AECC) resumió que sucedería, ya
que se vería una subida de precios, en conjunto, por un valor de
4000 millones de euros, al año. Hoy en día, a partir del 1 de
septiembre, la subida será del 18 al 21% (en el caso del IVA
reducido, será del 8 al 10%). Esta inminente subida de impuestos, se
va a notar en lo siguiente o tendrá los siguientes efectos:
-Se
sufrirá una caída del consumo, que llevará a un aumento del paro.
Cuando en una economía, que está deprimida, como está la nuestra,
un impuesto, como puede ser el IVA, se va a aumentar, ya que las
familias y las empresas se van a ver obligadas a reducir los gastos,
que van a dedicar a sus compras. Y, es que esta subida, en productos
muy básicos, como puede ser la ropa, va a provocar un desajuste en
el presupuesto familiar. De una manera inevitable, el consume va a
retraerse, lo que va a generar caídas de ingresos en las empresas,
que van a verse obligadas a despedir muchos trabajadores o, incluso,
a cerrar sus puertas. Esto va a provocar un aumento del paro y, como
una sardinilla que se muerde la cola, el consumo va a reducirse,
todavía más.
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